Mt 5,17-37
El
Evangelio de Mateo nos habla de normas, leyes y mandatos como el perdón, verdad
y el juramento, para que tengamos vida y no la muerte. El Salmo 118 nos dice:
“Dichoso el que camina en la ley del Señor”. Desde este horizonte podemos
preguntarnos ¿Estoy caminando en la ley del Señor?, ¿estoy haciendo el bien y
la voluntad de Dios?, ¿buscamos al Señor, cuando nos apartamos de sus leyes?
Constatamos
en los diarios y televisión situaciones
de violencia a los niños, jóvenes y
ancianos; bullying y racismo. Todo ello
genera dolor y muerte en los
seres queridos, amigos y una preocupación para la sociedad civil; de otro lado
hay una tendencia a construir las relaciones interpersonales en base al engaño en casi en todos los ámbitos de la
vida social, este hecho tiene como base el relativismo. Las normas tienen una
relación con la ética y podemos afirmar que la sociedad está en crisis de
valores y pobreza espiritual.
El
Papa emérito Benedicto XVI decía: “El desarrollo humano debe ser integral”. El
país tiene un crecimiento económico importante, pero hay otras estructuras que
no van a la par con la economía como la educación, política, cultura y lo
social donde se percibe muchas debilidades que nos llaman a la reflexión y a la
toma de decisiones para, construir una sociedad más humana y reconciliada con
el prójimo y el ser divino.
El
Evangelio de Mateo nos hace una invitación, un llamado a vivir en los caminos
del Señor, volver la mirada al Dios de la vida, a recibir su perdón, ello
implica que nos esforcemos cada día porque la vida cristiana es lucha interior
para hacer siempre el bien y evitar el
mal; tener el coraje de decir siempre la verdad, amar la vida y defenderla en
todas sus formas. Con nuestras solas fuerzas no podemos, necesitamos de la
gracia de Dios y su auxilio. Necesitamos fortalecer el espíritu cada día con la oración, el amor al prójimo y
participar de la vida de los sacramentos.
A
modo de cierre podemos decir que vivir los mandatos de cara a Dios es
esforzarnos y pedir la ayuda de Dios cada día para dar testimonio y hacer
creíble la dicha de ser discípulo y
misionero en el contexto donde nos desarrollamos. ¡Qué el Señor nos ayude a ser
mejores personas¡
Mg
Carlos Jorge Santisteban LLonto. (Docente Uladech-Católica SPES) 14.2.14