Mc 10,2-16
El evangelio de Marcos nos presenta la
pregunta de los fariseos a Jesús: ¿Le es lícito a un hombre divorciarse de su
mujer? “Al principio de la creación Dios “los creo hombre y mujer. Por eso
abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer, y serán los
dos una sola carne”. De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Lo que Dios ha unido, que no lo separe el
hombre”. Es la respuesta de Jesús.
¿Por qué es fundamental la unión entre los
esposos? ¿Contribuirá la unión de los esposos en la salud mental, espiritual,
emocional y psíquica de los hijos/as? ¿Cuál es mi aporte de esposa-esposo a la
consolidación de la unidad familiar? ¿Fomento espacios para cuidar la unidad de
la familia? ¿Por qué los matrimonios entran en crisis, en dramas muy tristes y
dolorosos? ¿Qué necesitan los matrimonios de hoy para construir familias unidas en bien de la sociedad? ¿Se podrá construir
familias unidas sin la presencia de Dios?
El Instituto Nacional de Estadística e
Informática (INEI) informa que, del 2000
al 2010, los divorcios y separaciones se han incrementado en un 51,52 %. La
municipalidad de Nuevo Chimbote el año 2009 registró 73 casos de divorcios,
según informe de CECOPROS. La misma fuente informa que el 42% de casados en
matrimonio civil se divorcia en la provincia del Santa; el 70% de parejas
divorciadas proviene de padres divorciados. De seguir así, ¿qué ejemplos
estamos dejando para los hijos/as y las futuras generaciones? ¿Qué va a pasar
en la sociedad de Chimbote y del Perú?
La propuesta que nos trae el evangelio de
Marcos es “lo que Dios a unido que no lo separe el hombre”. Este es el reto y
el desafío para toda la sociedad en su conjunto. No podemos renunciar a la
unidad de los matrimonios y las familias. Así como se crea espacio para
facilitar el divorcio se deberían crear espacios para fortalecer la unidad
familiar, ofreciendo un trabajo digno, salarios justos para su alimentación,
salud, vivienda, recreación y educación. Los matrimonios y familias necesitan
ser acompañados en sus procesos de crecimiento.
Estamos
a tiempo de trabajar por la unidad de los matrimonios y las familias; debe ser
un eje transversal de todas las instituciones públicas y privadas que
constituyen la sociedad para construir familias unidas y hacer realidad el
proyecto y sueño de Jesús: familias unidas y felices.
(Mg Carlos Santisteban
LLonto, docente